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La luz del sol se compone de fotones que tienen partículas de energía, que absorbe cuando éstas chocan con las plaquetas, y generan energía.
Aunque el tamaño de las células es variable, miden aproximadamente entre 0,5 y 4 pulgadas de ancho.
Las placas son un conjunto de células interconectadas, que generan una mayor cantidad de energía. Se pueden utilizar para las bombas de agua, los sistemas de comunicación o facilitar el consumo de una casa o de todo el negocio.
Dependiendo del tipo de tecnología fotovoltaica (cristal, peso, grosor...), las placas tendrán un mayor o menor nivel de eficacia.
Se componen por secciones de un único cristal de silicio (Si).
Cuando se componen de pequeñas partículas cristalizadas.
Cuando el silicio no se cristaliza.
En 2018, el Gobierno de España eliminó por decreto-ley el llamado ‘impuesto del sol’ en vigor desde 2015, por lo que ya no existen obstáculos para la autoproducción de energía en empresas y viviendas. La normativa se completa con el Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo.
Antes de pedir un presupuesto, hay que realizar un estudio, conocer las características del entorno donde se instalarán las placas, observar si hay que realizar alguna obra, determinar el tipo de placas que se van a utilizar y calcular el ahorro aproximado.
Tienes dos opciones: contratar una empresa especializada en el tema o instalarlo por tu cuenta. Junto con los paneles fotovoltaicos tendrás que instalar otros aparatos: inversores de sol, reguladores de carga, baterías, conmutadores y/o instalación eléctrica de la vivienda. El mejor sitio para instalar las placas son los tejados donde el sol pega de lleno durante mucho tiempo y las zonas donde no llega el sistema de suministro eléctrico.
No hace falta registrar las instalaciones de hasta 100 kW. No hay que pagar ningún impuesto extra por su instalación en las viviendas comunitarias. Además, los ayuntamientos, la Diputación Foral y el Gobierno Vasco de vez en cuando ofrecen subvenciones para su instalación.
Hay que realizar trabajos de mantenimiento, y al menos una limpieza mensual. Las placas son capaces de soportar las condiciones meteorológicas más adversas, aunque es posible que necesiten reparaciones. Las empresas especializadas además de la instalación normalmente ofrecen servicio de mantenimiento. Si has decidido hacerlo por tu cuenta, lee bien las instrucciones de mantenimiento.
La mayor inversión corresponde a la instalación. No obstante, a pesar de los gastos de mantenimiento, normalmente se ahorra en el consumo de la luz y del gas natural.
Pero no siempre es así. Por eso, conviene calcular la cantidad de energía que generarán las placas instaladas en un sitio concreto, para medir el nivel de rentabilidad.
Imaginemos que la potencia contratada en una vivienda es de 4.6 kW y el consumo anual es de 5.300 kWh. De esta manera, se puede ahorrar un 60-80 % en la factura; es decir, unos 800 € al año. Por lo que se puede recuperar la inversión realizada al cabo de 10 años. Una placa tiene una vida útil de más de 25 años.
¿En qué consiste y cómo se consigue?
¿En qué consiste y cómo se consigue?
¿En qué consiste y cómo se consigue?