/ Actualidad / Empresa / “Las asesorías nos hemos convertido en el enlace entre las instituciones públicas y las empresas”
¿Qué es ser asesor de una empresa?
Asesorar, ayudar, acompañar, facilitar, … a nuestros clientes, todo ello desde un servicio cercano, humano y profesional. Estamos divididos en departamentos: fiscal, mercantil, laboral… Cada uno de ellos tiene sus tareas específicas: p.j. hacer las nóminas de las empresas, presentar los impuestos o gestionar las obligaciones de la seguridad social.
¿Qué quieren hacer llegar al cliente?
Nuestra preocupación se centra en aportar más valor en nuestros servicios al cliente, en reunirnos con ellos, en conocer sus necesidades, sus inquietudes, sus problemas, … para poder asesorarle en el campo y en el momento que lo necesita.
Para ello será imprescindible estar al día, ¿no?
Por supuesto, los clientes nos lo piden cada día: cambios de normativas, solicitudes de subvenciones, inversiones, fiscalidad… Podríamos decir que nuestra principal inversión es la formación. Estamos atentos a los cambios e intentamos adelantarnos, para aprender y aplicarlo después con los clientes en el momento necesario.
¿Cómo?
Estando presentes en todos los foros y formaciones que afectan a nuestros clientes de manera activa.
La pandemia habrá supuesto una gran vorágine, en ese sentido.
Fue un hito importante. Vivimos una gran inestabilidad, y en todas nuestras áreas de trabajo. Jurídicamente todo se puso patas arriba, porque casi todos los días cambiaban las leyes y normas a nivel estatal, autonómico o territorial. Además, recibíamos información a medias: se recibían titulares de prensa antes de que se publicasen las normas en los boletines oficiales.
¿Cómo afrontasteis la situación en un sector como el vuestro, y también teniendo empresas o clientes de sectores tan diferentes?
Lo recuerdo con mucha tristeza. Empezamos a teletrabajar y todo del equipo priorizó el trabajo, ya que fue la única manera de poder seguir atendiendo a nuestros clientes. En las videollamadas me resultaba duro ver las caras de mis compañeras. A la propia realidad de cada persona, había que añadirle la crudeza de la situación y las crecientes exigencias laborales. Sin embargo, también estoy muy orgulloso y agradecido porque todo el equipo lo dio todo.
¿Fue eficaz el teletrabajo? Y, de cara al futuro, ¿lo ves como una forma operativa de trabajar?
El teletrabajo fue eficaz para ese preciso momento, pero no con toda la eficiencia que necesita nuestro despacho. En el despacho todos somos conscientes de lo que pasa en cada momento y tenemos la oportunidad de ayudarnos mutuamente. En cambio, el teletrabajo también ralentiza este proceso e incluso, en algunos momentos, provoca una pérdida de información. En una situación normal, y alternándolo con el trabajo presencial, se puede llegar a ser eficaz. En nuestro caso, sin embargo, todos preferimos volver al despacho.
¿Qué cambios ha supuesto para el sector y para vuestros clientes?
Sobre todo ha cambiado la forma de relacionarse con la administración pública. Desde la pandemia se han traspasado algunas funciones que se realizaban en la administración pública a la empresa privada. Tampoco ha vuelto la atención presencial en algunos departamentos de la administración. En este momento nosotros somos el nexo de unión entre las instituciones públicas y las empresas. Se necesita una firma electrónica para relacionarse con las instituciones. Hacienda lo tenía antes, pero lo han trasladado a otros ámbitos: Lanbide, la Seguridad Social, Gobierno Vasco… Con la pandemia, de un día para otro dejaron de lado la atención presencial y pasaron a hacerlo todo electrónicamente, lo que nos ha situado en medio.
Otro cambio: TicketBAI. Esto va a suponer una digitalización de las empresas.
Hacienda será probablemente uno de los organismos públicos más digitalizados y este es un paso más en esa dirección. Las facturas deberán enviarse a Hacienda en tiempo real a través de un software.
¿Cuál será el principal cambio?
La obligación de tener Internet y un software homologado para poder transmitir las facturas emitidas en tiempo real a la Hacienda Gipuzkoana.
También ha suscitado críticas.
Normalmente todos los cambios generan críticas, incertidumbre y requieren tiempo para poder adaptarse al nuevo sistema. No deja de ser una herramienta digital que nos obligará a formarnos.
Pero habrá sectores que se verán directamente más afectados.
Exigirá inversiones al principio, lo que repercutirá especialmente en los sectores en los que la mayoría de los clientes son particulares: comercio y hostelería.
Las empresas que no tenían un software utilizarán la plataforma de Hacienda. Quienes dispongan de un programa deberán acordar con el proveedor del software su actualización. Los comercios con TPV también deberán actualizar su sistema. En los casos que se posea un software que no se vaya a homologar, implicará la obligación de tener que adquirir uno homologado.
Este nuevo sistema de facturación será una de las bases de la transformación digital que estamos viviendo hoy en día, ¿no?
Este sistema aportará mucha información a Hacienda. Nos pedirán que al cabo de unos años enviemos tanto las facturas emitidas como las recibidas, y así poder hacer la trazabilidad de la fiscalidad de las empresas guipuzcoanas y con ello poder automatizar más impuestos.
¿Qué otras preocupaciones tienen las empresas en este momento?
La reforma laboral, la escasez de materias primas, la subida de precios de los suministros, junto a la situación de inestabilidad general. Todo ello provoca mucha incertidumbre en nuestros clientes, no sólo a corto plazo, sino también a medio largo plazo.
¿Cómo está afectando esta inestabilidad a las empresas?
La inestabilidad genera preocupación. En este momento, la realidad es que hay bastante carga de trabajo en este momento en la mayoría de los sectores, pero nos transmite que la proyección de esta carga es a corto plazo.
¿Se deja notar esta preocupación en materia de inversiones y contrataciones?
Siempre… Cuando hay una situación de inestabilidad, las empresas no se atreven a invertir.
Y, en cuanto a la reforma laboral, ¿cuáles son las mayores inquietudes?
La carga de trabajo se está percibiendo como algo temporal, pero con la nueva reforma laboral, las contrataciones deben ser indefinidas y esto genera mucha inquietud en las empresas.