/ Actualidad / Empresa / «La impresión digital marcará un antes y un después en el sector de la cartonería: aumentarán aún más las oportunidades»
Limousin produce chocolate y achicoria en sus inicios en la década de 1880. Luego pasó de embalar estos mismos productos a centrarse en esta actividad sobre 1910. Ahora produce 20 millones de metros cuadrados de cartón al año. Ha seguido una política de inversiones para renovar la maquinaria y dotarla de tecnología puntera, lo que le ha permitido hacerse un hueco en un sector dominado por grandes multinacionales. Su director Iñaki Ormazabal le augura un gran futuro.
¿Por qué esta política de inversiones?
En general, en el sector del cartonaje es importante mantener la maquinaria actualizada, lo que requiere inversiones muy potentes. El cartón, a pesar de su volumen, tiene poco valor, por lo que la calidad y la rapidez en el servicio son las características más valoradas. Nosotros nos especializamos en hacerlo bien y rápido. Y para eso tienes que prepararte técnicamente: hace falta maquinaria que acepte los cambios rápidamente, mucha polivalencia, etc. Esta política siempre ha estado presente en los momentos más importantes de la historia de la empresa.
¿En qué momento, por ejemplo?
Antes se producía únicamente Cartoncillo, hasta que en 1974 se compró una nueva máquina y comenzó a funcionar como una fábrica integral de cartón ondulado. Tras la crisis del 83, se produjo un cambio de gestión, ya que la propiedad de las acciones pasó a manos de los trabajadores. Para entonces, la maquinaria estaba obsoleta y el sector tampoco estaba bien. Poco a poco se realizaron inversiones: cambio de onduladora, incorporación de nuevas manipuladoras, ampliación del pabellón… Así nos fuimos fortaleciendo y conseguimos abrir mercado. Y así seguimos, en la medida de lo posible.
La fabricación de cartón es un sector dominado por las multinacionales. ¿La tecnología os ha ayudado a marcar vuestro territorio?
De hecho, las multinacionales dominan el sector porque se necesitan inversiones muy elevadas, que están al alcance de muy pocas empresas o entidades. A modo de ejemplo, hace unos 6-7 años, la mayor inversión industrial del año en Gran Bretaña fue de una empresa de cartonaje. Sin embargo, existen nichos de mercado para pequeñas empresas como la nuestra, y la clave es especializarse. Nosotros nos hemos centrado en la calidad y en la rapidez del servicio, lo que nos ha abierto nuestro mercado. Además, creo que es un mercado con mucha trayectoria.
¿Cómo es ese mercado?
La sostenibilidad es una de las principales características del cartón, por lo que no se puede llevar muy lejos como producto. Al tratarse de un material económico de gran tamaño, la incidencia del transporte es muy alta. Se calcula que es rentable a un diámetro de 300 kilómetros. Eso significa que nuestro mercado es muy local. Vendemos principalmente en Euskal Herria. Eso no quiere decir que luego ese cartón no vaya a ir a China con los productos de nuestros clientes. Al ser local, el mercado es más limitado. Pero también tiene sus ventajas. Por ejemplo, que no entre competencia desleal de otros países, porque todos estamos trabajando bajo el mismo contexto.
El cartón ha pasado de ser poco valorada a ser una de las más valoradas. Y eso ha ocurrido porque es un producto muy sostenible y con miles de aplicaciones para su uso.
Iñaki Ormazabal
Hablemos del cartón. Parece un material corriente, pero tiene su complejidad, ¿verdad? ¿Cómo ha evolucionado?
Sí, es un proceso complejo y costoso. Pero su transformación ha sido notable, pasando de ser poco valorada a ser una de las más valoradas. Y eso ha ocurrido porque es un producto muy sostenible y con miles de aplicaciones para su uso. El 90% del material utilizado es reciclable, biodegradable y combustible. El otro 10% es nuevo, procedente de la masa con el sello ETSC. Y esto es así para mantener la reciclabilidad del producto. Teniendo en cuenta esta sostenibilidad, le ha ganado mercado a otros productos de embalaje, principalmente al plástico. Lo que más ha evolucionado ha sido la reciclabilidad, gracias a los procesos de I+D. Cada vez se recicla más y con productos ‘peores’ se hace mejor cartón que antes, tan rígido como el que no es reciclado.
Papel o cartón y sostenibilidad. Parece una relación complicada.
Hay un punto de vista equivocado en esto. Se ha demostrado la necesidad de cambiar la madera para hacer papel. Y eso no se entiende bien. Un conocido me dijo una vez que si no comiéramos lechugas, no cambiarían las lechugas. Pues lo mismo. Si no se hiciera papel, no se repoblarían los pinares y los bosques de otros árboles. Gracias a ello, se ha convertido en uno de los pocos sectores que absorbe más C02 de lo que emite. Y eso ha puesto en valor el papel y el cartón.
¿Cuáles son las variantes del cartón en la actualidad?
Hay miles de aplicaciones, pero nosotros nos hemos centrado sobre todo en hacer cartón ondulado. De un producto plegable se elabora un producto rígido de diferentes grados de resistencia y formas. Aunque en menor medida, también hacemos el fanfold: se puede plegar en zig-zag tanto como se desee. Y luego tenemos el cartón PET. Sustituye al poliespán y al polipropileno. Contiene una lámina plástica PET que la aísla de líquidos y grasas y la hace resistente a temperaturas extremas. Tratamos de poner esta ventaja del plástico a favor del cartón para que sea más sostenible. Esto, por ejemplo, se usa mucho con alimentos y productos electrónicos y ha abierto el mercado.
El cambio en los hábitos de consumo también influiría directamente en esta transformación.
El nuestro es un sector con suerte en ese sentido. La Covid-19 ha revolucionado el modelo de consumo y revalorizado nuestro producto. El e-commerce o la compra online ha crecido mucho, lo que ha incrementado el consumo de cartón. A ello hay que añadir otro cambio que viene de antes: el de los modelos de familia. Con familias cada vez más pequeñas vamos a productos más únicos. Antes la leche se compraba en 12 cajas, ahora en seis, y pronto la compraremos en cuatro. Esto exigirá más cartón, por lo que la proyección a futuro es optimista.
Gracias a la impresión digital, se podrá realizar cartón de mejor aspecto e impresión, manteniendo el coste. Aumentaría muchísimo el nivel de personalización.
Iñaki Ormazabal
De cara al futuro, y entre los retos que tiene el sector, ¿cómo está posicionado Limousin?
Estamos bien posicionados porque tecnológicamente estamos preparados. La necesidad de actualización es permanente y siempre hemos ido aplicando novedades. Ahora, por ejemplo, estamos abordando la impresión digital. Creo que va a ser un hito importante para el sector.
¿Por qué?
El embalaje se ve antes que el producto del interior y, de alguna manera, debe generar buen feeling. A diferencia de otros sectores, en el nuestro está costando mucho implementar la impresión digital por las peculiaridades del propio cartón. A nivel mundial no hay muchas empresas que estén aplicando esta tecnología. Sin embargo, se han dado grandes avances. Creo que el futuro va a ir en esa dirección , y nosotros queremos estar ahí.
¿Cuál es vuestra intención?
Iniciamos un proyecto sólido con una empresa vasca de este tipo de tecnología. Gracias a la colaboración, nosotros tenemos la oportunidad de utilizar la impresión digital, mientras que ellos pueden explorar el ámbito del cartón a través de nosotros. Estamos en fase de pruebas y la máquina está casi preparada, aunque todavía no la tenemos incluida en la producción diaria. Esperamos introducirla a finales de año.
¿Qué ventajas os aportará la impresión digital?
Se podrá realizar cartón de mejor aspecto e impresión, manteniendo el coste. En el caso de los cartones ondulados, además, permitirá cambiar la perspectiva y visión totalmente. Tengamos en cuenta que ahora nuestros productos están basados en máquinas rotativas. Es decir, supongamos que tenemos que hacer 5.000 cajas. Ahora todas son iguales. Con la impresión digital no tiene por qué ser así: por ejemplo, se podrían numerar. La impresión digital aumentaría muchísimo el nivel de personalización.