/ Actualidad / Empresa / «Cuanto antes se implante la innovación, más fácil es posicionarse en el mercado»
Realizáis un servicio de transporte local, estatal e internacional, desde Irura.
Nos encontramos en buen lugar, junto a la N-1. Históricamente hemos trabajado con empresas locales y lo tenemos muy interiorizado. La mayoría de clientes son cercanos, de un radio de 50 km. También los tenemos fuera: en Alemania, Francia.
¿Cómo se entiende vuestra evolución a lo largo de seis décadas?
Influyen muchos factores. Algunos han estado en nuestras manos y otros son factores externos. Quizás también suerte. La inercia nos ha traído hasta aquí, pero es cierto que la curiosidad es inherente: nos fijamos mucho en cómo lo hacen en otros lugares, y de todo eso que hemos ido aprendiendo nosotros también hemos ido cambiando. Y, por supuesto, de escuchar a los clientes. Preguntamos qué necesitan y así nos hemos ido adaptando a sus necesidades.
La ley de la oferta y la demanda, ¿no? Algunas veces habéis desarrollado líneas de negocio por vuestra iniciativa y otras han surgido de la demanda de clientes.
Sí, porque las necesidades de los clientes también van cambiando. Imagínate, tenemos un cliente desde hace 20 años. Empezamos a transportar aros de 4 metros de diámetro para ellos; en aquellos primeros años para nosotros eran piezas grandes, pero es que hoy en día les llevamos piezas de hasta 9 metros. Hemos ido adaptándonos a sus necesidades y así es como ha crecido la empresa.
Está claro que la logística ha cambiado radicalmente en las últimas décadas, pero ¿en qué?
Hoy en día es muy cambiante. Ahora rigen dos factores: la rapidez y el precio. Hay que hacerlo todo al instante, rápido, y todo está mucho más ajustado en el precio. Antes, quizá, un camión tardaba tres semanas en ir a Irán, y probablemente ganaba cinco veces más que ahora.
El impacto de la digitalización también sería evidente, ¿no?
La logística actual, sin la digitalización, no sería viable. Antes todo se hacía en papel: mapas, permisos… Hoy en día usamos GPSs y PDAs y todo está conectado al RP para que tengamos localizada la carga en todo momento, algo que también puede ver el cliente. También utilizamos herramientas digitales para la gestión, búsqueda de trabajos o captación. Lo tenemos todo en una pantalla. Y también es más fácil ver qué hacen los demás: antes solo aprendías trucos si viajabas. Ahora, con internet se ha producido un gran cambio cultural.
Eso requiere estar muy bien preparado digitalmente.
Sí, sí, a tope. No hay otra opción. Siempre nos ha gustado ir incorporando novedades. Al principio da un poco de vértigo, pero cuanto antes se implanten herramientas innovadoras, más fácil es posicionarse en el mercado.
La digitalización también ha traído la cultura de la rapidez.
Nosotros no trabajamos en el sector de la paquetería, pero es el modelo que está en la base de la logística. Y cada vez más. Las fechas son cada vez más cortas, con plazos más ajustados, con la complejidad que eso conlleva. El principal reto de los transportes especiales sería actuar con esa rapidez y flexibilidad de la paquetería. Por eso creo que el futuro está en dar soluciones integrales.
¿A qué te refieres con soluciones integrales?
A la gestión de todo el proceso de transporte de la carga. A veces, especialmente cuando vamos al extranjero, puede que tengamos que coger barcos. Eso también lo gestionamos nosotros. En definitiva, asumimos todo lo que el cliente necesita, dándoles una solución más completa. Aplicamos el ‘Te soluciono lo que necesitas’.
¿Qué tipo de trabajo es gestionar esto?
Pues ese mucho trabajo, la verdad. En el caso de los transportes especiales, en aquellos cuya carga sobrepasa los 4,5 metros de longitud, hay que seguir estrictamente las normativas. Lo cierto es que son diferentes en Gipuzkoa, Bizkaia, Navarra, España, Cataluña o Francia. Y hay que conseguir cada permiso por separado. Otras veces debes ir escoltado. Y, aunque la digitalización haya acelerado el proceso, todavía se tarda mucho en gestionarlo.
También os encontráis con otras barreras: solo hay que mirar el precio de los carburantes.
Sube el precio de los carburantes, pero también el de los peajes. Además, cuesta mucho transmitirlo al cliente, ya que su realidad es similar. Los márgenes de por sí están muy apretados en nuestro sector. Por eso optimizar al máximo tus costes te vuelve más competitivo. Ahí está otra de las claves. Otro problema es la falta de conductores.
Ahora estáis trabajando en el control de gastos, con la colaboración de Tolosaldea Garatzen, a través del proyecto Hazinnova.
Sí, queremos poner en marcha un sistema de análisis y optimización de costes de la empresa.
El año pasado ya participasteis y desarrollasteis un proyecto para mejorar la gestión de las personas. ¿Cómo fue?
Hemos seguido de cerca el modelo de Saratxaga y hemos querido acercarlo de alguna manera a nuestra empresa. Queremos hacer grupo, para aplicar un modelo más horizontal que vertical en el organigrama. En definitiva, tal y como los y las trabajadoras necesitan a la empresa, ésta necesita a los trabajadores. Tener en cuenta a las personas es beneficioso para todas las partes. Para ello, desarrollamos un plan, pero fue entonces cuando llegó la pandemia, y todavía no lo hemos podido aplicar. Nuestra intención es ponerlo en marcha inmediatamente.
Antes los y las jóvenes aprendían el oficio al lado de gente experimentada, una cultura que hemos perdido y que se empieza a notar en muchos sectores. Es algo que no hemos cuidado.
Joxe Ramon Arruabarrena, gerente de SMG
También has mencionado la dificultad de encontrar conductores/as. ¿Qué está pasando?
Es un trabajo duro: la carretera, muchas horas fuera de casa, la vida en el camión… antes el transporte era una salida laboral para mucha gente, pero ahora no lo quieren. Hay quien se desplaza a gusto al extranjero, incluso hay quien te lo pide. Pero en general hoy en día el trabajo es más vocacional. Poca gente joven viene a dejar el currículum. Es algo que no hemos cuidado.
¿Por qué lo dices?
Siempre me ha parecido que lo mejor para alguien joven es aprender el oficio junto a alguien con experiencia. En Alemania esto se ve mucho, al menos en el caso del transporte. Aquí antes se hacía eso, pero no sé por qué, esa cultura ya no la tenemos. Y en muchos sectores se empieza a notar esa falta.
Hablando de futuro, hablemos de sostenibilidad. Es y será un factor a tener en cuenta, ¿no?
Claro, pero creo que el sector todavía no está listo. En Alemania, por ejemplo, los camiones están clasificados en función de lo que contaminan y tienen peajes en función de ello. A algunas ciudades tampoco pueden acceder los que más contaminan. Esto no está tan desarrollado en España, ni tampoco en Europa en general.
Sin embargo, los camiones tampoco están preparados para ser eficientes. En este sentido, el sector de la automoción está mucho más avanzado. Las baterías de los camiones eléctricos tienen mucho peso y le queda poca carga útil. Se está desarrollando mucho, pero todavía tiene que desarrollarse más. De todos modos, creo que como combustible predominará el hidrógeno.
Hay muchos frentes abiertos y habrá grandes cambios. Pero sí tengo una cosa muy clara: el transporte tendrá futuro, porque siempre habrá que transportar las cosas de un lugar a otro. Lo que será diferente será el cómo.